Internacional

Estados Unidos y Colombia: una relación de cooperación y tensión

La historia de una relación de alianzas, para algunos de subordinación.

¿Qué está en juego para Colombia con el nuevo presidente de Estados Unidos?. Foto: Getty Images

¿Qué está en juego para Colombia con el nuevo presidente de Estados Unidos? ¿Por qué los dos candidatos el demócrata Joe Biden y el republicano Donald Trump han llamado la atención del voto latino mencionando los asuntos colombianos?

La historia de una relación de alianzas, para algunos de subordinación, que gira en torno al libre mercado, la lucha contra las drogas, la inmigración, la paz y ahora, Venezuela.

Ni siquiera la pérdida de Panamá, un 3 de noviembre, como hoy, pero hace 117 años, ha provocado una crisis irreparable entre las relaciones de Colombia y Estados Unidos que ha encontrado en el país suramericano, un aliado en Latinoamérica, que apoyó su intervención en la segunda guerra mundial, el bloqueo a Cuba, la lucha contra el comunismo, tanto así que fue el único país de la región que envió tropas de combate a la guerra contra Corea.

Con algunos reparos de Colombia a las políticas monetarias de Norteamérica durante el gobierno de Carlos Lleras Restrepo, las relaciones bilaterales permanecieron sosegadas hasta los años 90 cuando el interés del gobierno de César Gaviria por la apertura del libre mercado, y la lucha contra los capos de la mafia, generó tensiones, aunque también apoyos políticos

Pero las aguas se volvieron turbias por la explosión del escándalo del proceso 8 mil, y los ‘narcocasetes´ que advertían la entrada de 6 mil millones de pesos a la campaña del entonces presidente Ernesto Samper

El embajador de Estados Unidos en Colombia Myles Frechette reportó a la casa Blanca lo que para él era una certeza tras las escandalosas grabaciones. Ni la iglesia católica en cabeza de monseñor Rubiano creía en la inocencia de Samper. La tormenta política era inevitable, Estados Unidos le quitó la visa al presidente electo y descertificó a Colombia en la lucha contra las drogas.

Dígale al Embajador que yo no quiero que vaya a China sino para la mierda”, recordó el expresidente colombiano la época de crisis con Estados Unidos.

De este lugar, el contendor de Samper, Andrés Pastrana, recogió las desechas relaciones bilaterales y capitalizó la derrota de su antecesor en su estandarte de gobierno, logrando apoyo económico para financiar el plan Colombia de lucha contra el narcotráfico, que, según sus detractores, fue a cambio de comprometer parte de la soberanía colombiana.

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La política del “buen vecino” posicionó a Colombia en la agenda latina de Norteamérica, creando un vínculo estratégico de su más grande aliado continental, lo que los hizo buscar coincidencias en algunos aspectos como el apoyo político de Bill Clinton a la búsqueda de la paz

Con el desplome de las torres gemelas el 11 de septiembre de 2001, se erigió la política internacional de Estados Unidos y George Bush contra el terrorismo, que encontró eco en la política de mano firme de Álvaro Uribe tras la ruptura de los diálogos de paz 

Tras 8 años de gobierno de Álvaro Uribe, se alinearon los periodos de Barack Obama en la Casa Blanca y de Juan Manuel Santos en la Casa de Nariño. Con avances en la inversión económica, aunque escepticismo a la política netamente guerrerista contra las Farc y el costo en materia de derechos humanos, el proceso de paz en Colombia cambió las prioridades de la agenda binacional

Prioridad que cambió durante la era de Donald Trump en Washington, que recibió la fugaz visita de los expresidentes Andrés Pastrana y Álvaro Uribe para advertir lo que para ellos era la llegada del castrochavismo a Colombia y las falacias del acuerdo de paz, algo que salió a flote recientemente en el discurso de Trump, no como presidente, sino ahora como candidato a su reelección peleando con Biden cada voto latino

Joe Biden, exvicepresidente del Gobierno Obama, uno de los arquitectos para el apoyo norteamericano al plan Colombia, también sacó su carta en campaña, de apoyo al proceso de paz con las Farc, cuya implementación según Biden, está en riesgo si Trump gana los comicios

La dictadura en Venezuela de Nicolás Maduro ha crispado los ánimos de los últimos mandatarios estadounidenses, por lo que Colombia, país fronterizo, será determinante para una intervención militar, no descartada por Trump durante la visita del presidente Iván Duque a Washington; con ayuda del ‘cerco diplomático’ anunciado por Iván Duque como el inminente fin, que aún no llega.

O también lo será para lograr una salida política como la plantea Joe Biden quien ha aprovechado para enviar un mensaje de acogida a los migrantes venezolanos y latinos, tan restringidos y para ellos, vilipendiados, por Trump

Al igual que en Colombia, las elecciones presidenciales parecen haberse reducido a los fantasmas de la guerra fría entre el capitalismo y el comunismo, o el ‘castrochavismo’, en una versión moderna.

Esta idea ha tenido acogida entre el Centro Democrático en la Florida, con denuncias de la izquierda de posible participación indebida del embajador de Colombia en los EE. UU. Francisco Santos. Pese a esta alineación de la centro derecha en Colombia, Trump criticó agresivamente la gestión de Iván Duque contra las drogas, a quien llamó ‘un buen tipo’ en cuyo gobierno, se ha disparado el cultivo y comercialización de drogas.

El mentor de Iván Duque el exsenador Uribe, salió en su defensa y atacó a Santos, Obama y el proceso de paz defendido por Biden, algo a lo que Joe Biden enfrenta recordando la estrategia militarista de Trump en la región que afectaría la soberanía de los países, por lo que ha recordado que él es un viejo aliado de la paz y la lucha contra las drogas en Colombia

Donald Trump o Joe Biden, distintas miradas hacia Colombia que ponen en juego el enfoque de la política antidrogas, la implementación del proceso de paz, la inversión económica y su relación con el vecindario.