Policía de civil habría asesinado a dos jóvenes y herido a dos más en un bar

El concejal de Bogotá, Diego Cancino, denunció que en la noche del pasado 11 de julio, un supuesto Policía de civil disparó en contra de cuatro jóvenes que se encontraban departiendo en un bar del barrio Candelaria la Nueva, en la localidad Ciudad Bolívar.

“De acuerdo con uno de los sobrevivientes, ellos estuvieron en el bar hasta casi la media noche jugando “bolirana”, pero cuando fueron a cancelar la cuenta el dinero no les alcanzó. Uno de los muchachos le propuso al dueño del billar dejarle el celular en garantía hasta el día siguiente para regresar con la plata. El dueño acepta y les regala un paquete de chicharrones”, relató el concejal Diego Cancino.

Según los testimonios, Marcelo Gómez Pulgarín, quien se desempeñaba como subintendente de la Policía Nacional, estaba de civil bebiendo cerveza y jugando póker y se opuso al arreglo de manera violenta.

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“Hay un cruce de palabras. Los muchachos le dicen al policía “no sea sapo”. El policía le da un puño a uno de los muchachos. Ante tal agresión, otro muchacho le pega con una botella. Inmediatamente, el policía saca una pistola y le dispara en el pecho. Los otros salen corriendo por el local, pero el policía le dispara en el cuello a otro y a un tercero le da tres tiros en un brazo. Estando en el suelo, el policía le grita “ahora sí lo voy a matar” y le dispara de nuevo”, relata Cancino.

Dylan, de 17 años, murió al instante, Fernando, de 28 años, murió días después, Darío, de 30 años, logró recuperarse luego de varias cirugías y Jorge, de 34 años, logró escapar ileso.

Uno de los sobrevivientes, que estuvo consciente todo el tiempo, narró que el billar quedó solo y ellos quedaron tirados en el piso. La Policía llegó y los arrastró por las escaleras para bajarlos, sin verificar al menos sus signos vitales. “Nos tiraron a la patrulla uno sobre otro, como perros”, dijo el testigo.

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Los jóvenes fueron llevados al Hospital de Meissen y el subintendente de la Policía Gómez Pulgarín fue capturado en su vivienda tres días después de los hechos, y dejado en libertad por vicios en su captura.

Según las familias, en las tiendas del barrio aparecieron panfletos firmados por las Autodefensas Gaitanistas de Colombia en los que amenazaban de muerte a varios muchachos del sector, entre ellos a uno de los sobrevivientes.