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Detrás del uniforme era un ser humano: familia del capitán asesinado en Soacha

Familiares del capitán Jesús Alberto Solano pidieron en Sigue La W justicia y que el caso no quede impune.

Familiares del capitán Jesús Alberto Solano pidieron en Sigue La W justicia y que el caso no quede impune. . Foto: Cortesía Policía

Familiares del capitán Jesús Alberto Solano pidieron en Sigue La W justicia y que el caso no quede impune. . Foto: Cortesía Policía(Thot)

Por primera vez, habla la familia del capitán Jesús Alberto Solano, director de la Sijin en Soacha, asesinado con arma blanca y golpes por una turba el primer día del paro que inició hace tres meses en Colombia.

En diálogo con Sigue La W, Ana Silvia Beltrán, madre del Capitán Jesús Alberto Solano, afirmó que la familia siente “dolor por la pérdida de nuestro amado hijo”. “Era lo más querido que teníamos en la familia”, continuó, añadiendo que Solano viene “de una familia humilde, trabajadora del campo, con lo que le dimos el estudio a él y a nuestros seis hijos”.

“Todos lo recordamos” como un hombre “interesado en seguir adelante con sus propios esfuerzos. Era nuestro apoyo, es nuestro orgullo. Nos enseñó a querer su institución. Siempre fue reservado en su quehacer militar, pero supo distinguir qué debía comunicarle a su familia, el amor que debía entregarles y la entereza de sus responsabilidades del trabajo. Nos quitaron más de la media vida que nos quedaba”, dijo.

Según Carlos Julio Solano Salgado, padre del Capitán, “mi hijo llegó con sus propios medios a estudiar en la escuela militar. Somos de familia pobre, pero con gran capacidad de estudio. Salió como teniente y fue encargado de una escuela en Facatativá.”

Andrea Castro Sánchez, esposa del Capitán Jesús Alberto Solano, manifestó que “nosotros tenemos una familia, nos conocíamos desde que éramos niños. Nos reencontramos en Bogotá, donde continuamos la relación”. Solano “siempre fue una persona sencilla, humilde, muy trabajadora. Siempre buscó estudiar para hacer algo mejor”.

“Es difícil pensar que él no va a volver a casa”, indicó Andrea, entre sollozos. “Él amaba mucho su profesión, ser policía era lo mejor para él. Guarda un gran respeto y honran mucho su profesión. Nadie piensa que va a salir y no va a volver, pero en esta profesión existe el riesgo. En este país es un riesgo portar un uniforme”.

La esposa del Capitán se refirió a su personal: “Era una persona muy reservada. Acá en la casa era Jesús Alberto Solano el padre, el hijo, el hermano”. La última vez que lo vio “fue el 26 de abril”, cuando “salió a trabajar en la mañana”, momento en el que “me había dicho que por el paro iba a estar muy ocupado. Me dijo que no iba a volver el 28 de abril en la noche. Cuando pasa este tipo de situaciones, los policías en Colombia deben estar disponibles las 24 horas”.

“Más allá de policías, son seres humanos que tienen sueños y familia. El 28 en la mañana me dijo que las cosas estaban bien, que no nos preocupáramos. Ese mismo día recibí la llamada. Son jóvenes que tienen la misma edad de quienes protestan. No por escoger una profesión diferente los hace malos seres humanos. Hago un llamado a los jóvenes que están protestando por todos sus derechos, pero que están vulnerando el derecho más importante, del de la vida. Si le quitas el uniforme a mi esposo, era un joven de 34 años que estudió, con becas que ganó, toda su vida”, finalizó.

Por último, Carlos Alexander Solano Beltrán, hermano mayor del Capitán, aclaró que “sabemos que nosotros como familia no tenemos nada que ver con los veredictos judiciales”, pero “lo único que pedimos es que se haga justicia. Que la muerte de mi hermano no quede impune. La justicia está haciendo un esfuerzo grande para encontrar a aquellas personas que le arrebataron la vida”.

Además, resaltó que “esas personas también tienen una familia y entendemos por la situación que están pasando. Los hechos que ellos hicieron para provocar el fallecimiento a mi hermano son muy claros. Le  pegaron y patearon, interrumpiendo su carrera. Él nunca quiso arrebatarle la vida al otro. Él dispara sin intentar quitarle la vida, solo quería inmovilizar. Ese hecho permite que la turba lo alcance y le haga daño. Lo hirieron, lo intentaron quemar, le quitaron la ropa. Hay un video que se ve cuando se arrodilla, bota su arma y pide por su vida”.

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