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Sigue creciendo el escándalo del falso ciberataque al Ministerio de Defensa

Daniel Coronell advierte que el ministro de Defensa, Diego Molano, pareciera estar sacándole el cuerpo a las preguntas difíciles.

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Detrás de la empresa contratada, entre otras cosas, para ejecutar esta operación hay tres antiguas conocidas del ministro Diego Molano. Foto: Colprensa / LEONARDO VARGAS

Sin respuesta oficial se está quedando la grave denuncia de la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) y su director Jonathan Bock sobre una controvertida campaña que arrancó, en pleno Paro Nacional, con la creación de una noticia falsa impulsada por el Ministerio de Defensa y publicada en sitios web y varias de las redes sociales de las fuerzas militares y de la Policía Nacional.

Después de sugerir un ataque cibernético que no existió jamás, un ataque que simularon con propósitos propagandísticos, varios organismos de inteligencia han adelantado lo que denominan “ciberpatrullajes” para identificar voces críticas y acumular información sobre esas personas -sin orden judicial-, tomándose atribuciones persecutorias que la ley no les da.

Incluso afirman que lo hacen para combatir el delito de “terrorismo digital”. Un delito que no aparece en el código penal, es decir no es delito, pero les viene como anillo al dedo para usar recursos públicos con el propósito de perfilar, guardar información y perseguir a quien discrepe.

El Ministerio de Defensa no ha dado explicaciones reales sobre el tema. Se ha limitado a sacar un comunicado que francamente no responde las preguntas de fondo.  El comunicado vino acompañado de un video selfie del ministro Molano en donde, como gran cosa, cuenta que empezó la cuestionada campaña #ColombiaEsMiVerdad porque un soldado le dio la idea.

Después de la denuncia de la FLIP, el ministro Molano se escondió. Yo mismo lo estoy buscando sin éxito desde el domingo. Pareciera que les está sacando el cuerpo a las preguntas difíciles y al mejor estilo del presidente Iván Duque optó por el más controlable género de la autoentrevista. Por lo menos hay que reconocerle a Molano que se hizo su autoentrevista en español y a una sola cámara.

El escándalo en lugar de disminuir va a seguir creciendo.

Primero, porque una investigación periodística de abril de este año había sacado a flote que detrás de la empresa contratada, entre otras cosas, para ejecutar esta operación hay tres antiguas conocidas del ministro Diego Molano.

Unas señoras a quienes les va de maravilla con la contratación estatal: por donde va pasando Molano… ¡ZAZ!, les van dando su contrato.

En un momento les contaré lo que encontró una acuciosa reportera.

Y segundo, porque hoy El Reporte Coronell tiene un interesante hallazgo para contribuir a esa investigación: dos de las viejas colaboradoras de Diego Molano están casadas con altos oficiales del Ejército y la Policía, uno de ellos activo.

Empecemos por la empresa de las antiguas subalternas del ministro Diego Molano. Se llama Alotrópico S.A.S.

Hace unos meses, la periodista Ana María Cuesta, hoy reportera del Noticentro CM& y en ese momento de La FM, encontró que el recién posesionado ministro Diego Molano le había entregado un contrato por 898 millones de pesos a la compañía Alotrópico S.A.S, cuyas socias, al menos en los papeles mercantiles, son la publicista Lilian Polanía, la comunicadora y salubrista Martha Restrepo y la comunicadora social Isabel Quiroga.

La investigación periodística de Cuesta estableció que Isabel Quiroga y Martha Isabel Restrepo habían trabajado en el área de comunicaciones del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) cuando el director de la entidad era Diego Molano, hoy ministro de defensa.

En las últimas horas encontré un documento que demuestra que la tercera cara visible de esta empresa, Lilian Polanía, también trabajó en comunicaciones del ICBF durante la administración de Diego Molano.

Es decir no fue una, ni fueron dos, fueron tres las viejas allegadas al director Molano que ahora contratan con el ministro Molano.

El contrato de 900 millones de pesos con la empresa relacionada con la cuestionada campaña fue otorgado por contratación directa y de manera relámpago.

El 31 de marzo de este año, fue miércoles santo. Pues bien, ese día el Ministerio de Defensa le pidió a esa empresa, y a ninguna otra, que presentara una oferta. El Ministerio resolvió a mil. Ese mismo miércoles santo por la tarde firmaron el contrato por 898 millones de pesos.

Ahora, el mes entrante, el 24 de diciembre, les van a pagar 360 millones de pesos que los contribuyentes todavía les debemos a las emprendedoras tan cercanas al ministro.

A las antiguas subalternas de Molano las llamó el ministerio -de Molano- para aplicar una tecnología exclusiva que ellas patentaron y que se llama “Transformar comunicando”.

Debe ser una valiosa fórmula secreta porque en enero de 2020 el gobierno les había dado otro contrato por 360 millones de pesos más para aplicar esa misma receta en el Departamento Administrativo de la Presidencia…Ah, aquí hay un detallito, semanas antes de esa contratación se había posesionado como director administrativo de la Presidencia ¿Adivinen quién? Correcto, Diego Molano, ahora ministro de defensa.

Molano no desampara a las tres gracias. A donde va él, llega el contrato para ellas.

Bueno, pero no todo en la vida es negocio. Las damas que contribuyeron a la creación de la campaña cuestionada, pagada con plata pública, también tienen su corazoncito que sabe vestirse de verde, color muy bien recibido en el Ministerio de Defensa.

La afortunada contratista Lilian Polanía está casada con el teniente coronel de la reserva activa y antiguo miembro de la aviación del Ejército, Dayán Chacón Bustos.

Parece que la prosperidad ha cubierto con sus bendiciones al hogar del coronel Chacón y la contratista Polanía porque hace tres años abrieron su propia compañía en Estados Unidos, registrada en la Secretaria de Estado de la Florida. Esa empresa se llama IVC Enterprise USA LLC.

En fin, Lilian no es la única de las antiguas colaboradoras del ministro Diego Molano que se ha rendido ante los encantos de los uniformados.

Otra de las tres florecientes contratistas, llamada Isabel Quiroga, está casada con el teniente coronel activo de la Policía Alex Uriel Durán Santos.

El coronel Durán, ahora está de segundo comandante de la Policía en Santa Marta, pero antes ocupó una muy destacada posición: Era Jefe del centro cibernético de la Dijín de la Policía Nacional, la misma entidad que bajo el mando de su sucesor lideró la cuestionada campaña #ColombiaEsMiVerdad denunciada por la Fundación para la Libertad de Prensa.

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