Muqtada al Sadr, el líder político clave en un Irak dividido
El líder político y religioso ha encabezado las coaliciones más votadas desde las primeras elecciones democráticas en Irak.
El influyente e imprevisible clérigo chií Muqtada al Sadr, que apadrina la coalición ganadora en las elecciones parlamentarias iraquíes del domingo, el Bloque Sadrista, será clave una vez más en la formación del próximo Ejecutivo y, con más peso en el Legislativo, buscará acabar con el sectarismo en un Irak dividido.
El líder político y religioso ha encabezado las coaliciones más votadas desde las primeras elecciones democráticas en Irak, en 2005, y en 2018 su bloque se proclamó ganador absoluto. Sin embargo, no se ha postulado nunca a primer ministro y se ha mantenido en segunda línea de la política.
UNA ESTIRPE DE "MÁRTIRES"
Nació en Nayaf (sur), el 12 de agosto de 1973, en el seno de una familia de la aristocracia chií con mucha influencia en el sur de Irak y que se enfrentó al exdictador suní Sadam Husein, lo que llevó a la ejecución en 1980 del fundador del sadrismo, Mohamed Baqir al Sadr, entonces Gran Ayatolá de Irak.
El padre de Muqtada y sus dos hermanos fueron asesinados también por el dictador en 1999 por organizar una gran revuelta en 1991 y realizar una gran campaña contra su Gobierno.
La actual popularidad e influencia de Muqtada radica en la historia de martirio y resistencia de su familia. De hecho, es habitual que aparezca con un sudario blanco durante sus sermones, demostrando que está preparado para morir, después de haber sobrevivido a varios intentos de asesinato.
Es venerado por los chiíes empobrecidos, su principal base popular, que tiene su gran bastión en la barriada de Ciudad Sadr de la capital, bautizado así en honor al padre de Muqtada después de la invasión estadounidense en 2003.
Muqtada se exilió a la ciudad sagrada iraní de Qom, principal centro de retiro y estudio para los clérigos chiíes, desde finales de los 90 hasta la caída de Sadam tras la llegada de los norteamericanos a Bagdad, en marzo de 2003.
El joven clérigo regresó a su país para liderar la resistencia frente a la presencia de EE.UU. y creó la milicia Ejército de Al Mahdi, que protagonizó la lucha contra las tropas extranjeras en el sur de Irak y en Bagdad, durante la guerra civil sectaria que ensangrentó el país entre 2006 y 2007.
La milicia fue ampliamente criticada por perpetrar cruentos ataques no sólo contra los uniformados, sino contra civiles y activistas, y toda voz crítica con Al Sadr, por lo que el clérigo la disolvió en 2008 y la rebautizó como Brigada del Día Prometido, que siguió luchando contra los estadounidenses hasta la retirada en 2011.
LA VÍA POLÍTICA
En los pasados años, Al Sadr ha optado más por la vía política y ha liderado los principales movimientos chiíes del país, aunque sin ostentar un cargo oficial. Tal y como apuntan fuentes cercanas al movimiento, el Sadrismo mantiene una división entre el clero y los gobernantes, y esa ha sido la opción elegida por Muqtada.
Las coaliciones políticas apadrinadas por él, Al Ahrar en 2014 y Sairún en 2018, lograron gran parte de los escaños del Legislativo, dando así al clérigo la posibilidad de elegir el Gobierno de Irak sin participar en él directamente.
El éxito de esas coaliciones también le ha permitido tener influencia en algunos ministerios, siendo los de su preferencia Salud, Transporte o Infraestructura, para poder desde las instituciones dar trabajo a sus acólitos y expandir su base.
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INDEPENDIENTE DE IRÁN
Lo que distingue a Al Sadr de otros partidos y milicias chiíes es su desvinculación de Teherán, que en los últimos años ha ejercido cada vez más influencia en Irak, pero el clérigo aboga por la soberanía de su país, el patriotismo y la independencia a pesar de sus vínculos con el vecino.
Su postura frente a Irán ha acentuado las rivalidades con otros grupos proiraníes, con los que compitió en las urnas. Sin embargo, comparte con ellos el rechazo a la presencia de tropas extranjeras en Irak, que a día de hoy permanecen en el marco de la coalición liderada por Washington que lucha contra el grupo terrorista Estado Islámico.
El clérigo se retiró en un principio de la campaña electoral este año y revirtió su decisión pocos meses después al llegar a un acuerdo con otras formaciones para una reforma integral en Irak y acabar con la corrupción endémica en el país.
Aunque dice estar preparado para su "martirio", antes quiere crear una sociedad islámica en Irak que pueda recibir al imán Mahdi, una figura mesiánica según el credo chií, que se desvaneció hace más de mil años y que se manifestará de nuevo para impartir justicia y la palabra de dios en la tierra.