La tragedia que vivieron las familias de San Andrés y Providencia tras el huracán Iota

La W escuchó a algunas personas que buscaban ayudas necesarias para la isla como agua, colchonetas, comida y, sobre todo, manos suficientes para reconstruirla.

W Radio llegó a Providencia y allí pudo evidenciar la magnitud de la fuerza del huracán Iota que devastó con todo a su paso, pocas casas fueron las que quedaron en pie tras los fuertes vientos y el azote de las olas que superaron hasta los 12 metros de altura.

Postes caídos, árboles sobre las vías o encima de las viviendas, lanchas al interior de las casas y hasta vehículos volcados al interior de muchos predios, era el panorama que se podía observar durante el recorrido por la isla.

En las caras de sus habitantes se podía evidenciar las numerosas horas en vela que tuvieron que pasar durante el paso del huracán, sin embargo, esto no ha impedido que se levanten de nuevo e inicien con sus propias manos la reconstrucción de la isla.

Muchas historias son las que se encuentran en Providencia, como la de una ciudadana suiza que vive hace más de siete años en esta isla y de la cual se enamoró por su encanto, tranquilidad y por quien hoy le entrega el regalo, como ella lo ha llamado, más grande de su vida; un hijo de un sanandresano. Ella manifiesta que pese al miedo que vivió durante el paso del huracán continuará trabajando por la isla y porque vuelva a ser igual de mágica a como lo fue antes de una noche que nunca querrá repetir.

Otro es el caso de una mujer que gracias a su nevera logró salvarse, pues manifiesta que tras la llegada del huracán decidió aguardar en uno de los cuartos, lanzando la nevera y presionando con ella algunas paredes de madera para que no fuera levantada por los fuertes vientos.

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Los baños en muchos de los casos fueron el lugar más seguro para numerosas familias que buscaron en ese lugar resguardarse del inminente paso del huracán. Tal y como nos lo narró Jorge Nowl, quien aseguró que allí decidió proteger a su familia para que nada le sucediera. Allí esperó muchas horas hasta que logró ver la luz de la mañana y una tensa e irónica tranquilidad tras el desastre que golpeó su vivienda.

Por otra parte, y debido a la falta de conectividad, muchas personas vieron la llegada de los medios de comunicación como la forma más eficaz para que sus familias supieran el estado en el que se encontraban y así enviarles un mensaje de tranquilidad a aquellos que desde San Andrés u otras partes de Colombia esperaban noticias, como el caso de Angelina Robinson, una mujer que lo perdió todo durante la noche del pasado domingo.

Durante el recorrido, W Radio también escucho a algunas personas que buscaban pedir ayudas necesarias para la isla como agua, colchonetas, comida y, sobre todo, manos suficientes para reconstruir su isla.

Otros más en el aeropuerto simplemente buscaban salir de la pesadilla que terminó con sus sueños, proyectos y anhelos, en lo que aún ellos consideran el paraíso de Colombia, paraíso que esperan se reconstruya para retornar con más ánimo y sin la tristeza absoluta de haberlo perdido todo.