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El escabroso testimonio de hombre que fue abusado por sacerdote a los 12 años

Alejandro Rojas afirmó que el sacerdote mencionó que había sido culpa de Rojas porque cuando era un niño, lo sedujo.

Alejandro Rojas afirmó que el sacerdote mencionó que había sido culpa de Rojas porque cuando era un niño, lo sedujo.. Foto: Getty Images

Alejandro Rojas, denunció ante la Fiscalía General de la Nación y ante el Tribunal Eclesiástico de la Iglesia Católica, que fue abusado sexualmente por el padre Héctor Manuel Quintero Galvis, cuando tenía 12 años y hacía parte del grupo de acólitos de la Parroquia de Santa Catalina Labouret en el sur de Bogotá, de la cual Quintero Galvis, era párroco.

La Iglesia Católica acaba de suspender al sacerdote y se comprometió a
entregar resultados de la investigación en menos de 6 meses.

Rojas habló en Sigue La W y dijo que "ingresé a la parroquia y el sacerdote me decía que le diera besos en la boca, comenzaron los tocamientos cuando tenía 12 años. Cuando iba a cumplir 13, me accedió carnalmente".

"Él me decía que no le dijera a nadie y era muy importante en mi familia porque él nos ayudaba económicamente, eso me impidió denunciarlo" añadió.

Rojas afirmó que si bien interpuso la denuncia, 20 años después del suceso, la Fiscalía no ha trabajado en ella y por eso le solicitó cerelidad al ente acusador.

Por su parte, Monseñor Pedro Mercado, Presidente Tribunal Eclesiástico Iglesia Católica en
Colombia, dijo que "nosotros partimos de la presunción de inocencia pero también confiamos en las víctimas, le hemos creído a Alejandro, pero se deben reunir todas las pruebas para definir la responsabilidad del sacerdote".

La Iglesia suspendió al sacerdote

En diálogo con Sigue La W, Monseñor Pedro Mercado, presidente del Tribunal Eclesiástico de la Iglesia Católica, anunció que, respetando la presunción de inocencia, también se parte de la buena fe de la víctima, cuyo testimonio es creíble y por el cual se tomó la decisión de suspenderlo del ejercicio sacerdotal, mientras se anuncia un fallo de fondo en menos de 6 meses. Esta fue su respuesta:

“El 10 de junio de 2020 Manuel Alejandro Rojas presentó ante el Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Bogotá Monseñor Alí, quien es miembro también de la Comisión Pontificia de Protección a menores, una denuncia sobre hechos presuntamente acontecidos en el año 1996 y el año 2008. Inmediatamente el Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Bogotá Monseñor Luis José Rueda, quien ordenó en uno de sus primeros decretos como nuevo arzobispo de Bogotá en el decreto 02 ordenó la apertura de la investigación preliminar contra el sacerdote Héctor Manuel Quintero Galvis, lo hizo el 12 de junio de 2020 y ese mismo día en el decreto 03, el arzobispo suspendió de todas sus facultades ministeriales al sacerdote, es decir, estableció ya una medida preventiva. Nos hemos tomado muy en serio esta denuncia, nos hemos reunido con Manuel Alejandro con el presunto agresor, estamos comprometidos en esclarecer lo mejor posible estos hechos.

El principio del cual nosotros partimos es la presunción de inocencia que es uno de los pilares del derecho penal, eclesiástico y civil, pero al mismo tiempo creemos en las víctimas porque sabemos que nadie gratuitamente va a denunciar con el dolor que eso significa, de manera injusta, entonces nosotros le hemos creído a Manuel Alejandro, tendremos ahora que reunir todas las pruebas para llegar establecer o no la culpabilidad la imputabilidad la responsabilidad del sacerdote. Es un testimonio realmente muy doloroso y precisamente por eso por el dolor que todavía causa en Manuel Alejandro y en quienes lo puedan escuchar, pues la Arquidiócesis le ha facilitado a él la asesoría espiritual y la asesoría sicológica para que él logre como es su voluntad esas heridas de ese pasado realmente dramático y muy doloroso.

Nosotros estamos comprometidos en darle la mayor celeridad posible, el Papa Francisco también nos pide que los tiempos sean los más breves posible y esto también por respeto a las víctimas, para la Iglesia, para el Papa y para el arzobispo de Bogotá es una prioridad. Yo creo que, en algunos meses, 6 meses máximo, el Tribunal podrá estar enviando a Roma toda la documentación dado que en últimas es a Roma quien compete establecer la pena en el caso que sea encontrado culpable el sacerdote agresor. 

La parte eclesiástica y la parte civil del proceso, son procesos distintos, ahora bien, la indicación recibida por el Papa, la Santa Sede, por el arzobispo de Bogotá, es que la Arquidiócesis quiere siempre colaborar en el esclarecimiento de los hechos, tanto en el ámbito eclesiástico como en el ámbito civil, por eso si el juez que investiga en el ámbito civil requiere en algún momento algún tipo de colaboración de nuestro Tribunal, estaremos muy prestos a ofrecerla. 

Un proceso penal quienes saben de derecho arduo, es un proceso difícil, las pruebas muchas veces son difíciles de conseguir, de encontrar, los testimonios muchas veces no son fáciles de tomar, y por eso entiendo que para muchas víctimas el proceso pueda ser difícil, pero hay que hacerlo y llegar al fondo de la verdad, hay que conocer realmente lo que ocurrió, porque esto hace parte también del proceso de sanación que la víctima debe vivir y también de los procesos de aprendizaje que la Iglesia debe hacer para evitar que en el futuro hechos como este se puedan volver a repetir, hace parte también de las medidas de prevención que la Iglesia asume, aprender de los errores del pasado.

Yo quiero asegurarles en todo caso a ustedes y quiero asegurarle a Manuel Alejandro que seguiremos asumiendo este tema con la mayor seriedad, con la mayor celeridad y también con la mayor contundencia, y si se llega a probar la culpabilidad del sacerdote, solicitarle a Roma la dimisión del estado clerical”.