La tragedia de la familia Castillo: cuatro secuestros y un hermano asesinado en operativo
La familia asegura que hay inconsistencia en el actuar de las autoridades durante el proceso de búsqueda y rescate de Juan Pablo Castillo.
Consternados se encuentran los familiares del ganadero Juan Pablo Castillo Espenser, quien fue secuestrado el pasado 28 de febrero en su finca San Cayetano, ubicada en el municipio de San Martín en el departamento del Cesar. El pasado 16 de junio, Castillo Espenser falleció luego de un operativo de reconocimiento ejecutado por parte del Gaula de la Policía Nacional.
Samuel Castillo, hermano del ganadero, relató en La W la forma en que las autoridades llevaron el caso de su hermano, que terminó en el fatídico desenlace.
Así, el hermano del ganadero manifestó que desde un inicio solicitaron a las autoridades un acompañamiento para iniciar con el proceso de búsqueda y posible rescate de su hermano, agregando que ya se tenía plena negociación con los secuestradores para dar entrega de la recompensa que se pedía por él.
Sin embargo, Samuel Castillo reiteró que desde que iniciaron las investigaciones por parte del Gaula, se realizaron varios procedimientos que aún no entienden. Uno de estos es, por ejemplo, un allanamiento el 7 de junio en la finca Betania, ubicada en el municipio de San Alberto en el departamento del Cesar y la cual es propiedad de Antonio Castillo, hermano de Juan Pablo Castillo. El procedimiento fue realizado sin previa orden judicial y de manera agresiva, según cuentan algunos trabajadores de la propiedad.
Posterior a esto y tras la queja de la familia, aseguran que recibieron una llamada del general Fernando Murillo, director del Gaula de la Poblicía, ofreciendo disculpas por lo sucedido. Además, confirmaron algunos cambios de los uniformados que habían asumido el caso.
Posterior a esto, Samuel Castillo relata que el pasado viernes 12 de junio, un miembro de la institución le pidió a la familia la tarjeta SIM que estaba siendo utilizada en el teléfono a través del cual se comunicaba con quienes tenían a Juan Pablo secuestrado. Esto, para coordinar los detalles de la entrega del dinero a cambio de su liberación, que estaba prevista para el miércoles 17 de junio.
Para el sábado 13 de junio, estando el Gaula no solo al tanto de que se pagaría este rescate por la liberación de Juan Pablo Castillo sino también autorizándolo, según indica la familia, los informados pidieron separar los billetes y ponerlos por series. Una vez acomodados, el Gaula hizo tomas de video del dinero con un celular.
Según indica Samuel Castillo, hermano de la víctima, el lunes 15 de junio viajó de Bucaramanga hacia Ocaña acompañado por los miembros de la Policía Nacional que llevaban a cabo las investigaciones del secuestró de su hermano. Allí se acordó, según información de la familia, meter los billetes en las llantas de los autos para posteriormente iniciar con el procedimiento de entrega por el rescate.
Insistentemente, la familia asegura que pidió al general Fernando Murillo garantizar que se rescataría sano y salvo a Juan Pablo Castillo, reiterándole que solo pedían el acompañamiento de las autoridades para el procedimiento de entrega del dinero y posterior liberación de su familiar.
Sin embargo, para el 17 de junio, asegura que recibieron la llamada del general Fernando Murillo informándole de la muerte de Castillo en medio de una operación de reconocimiento del lugar donde se encontraba en cautiverio.
Así, reiteran que el director del Gaula viajó a Ocaña a asumir el caso por simple “protagonismo”, pues hasta la fecha no ha dado una respuesta contundente del por qué se realizó de esta forma todo el procedimiento para esta liberación .
Por su parte, el general Fernando Murillo, actual director de la Dirección Antisecuestro y Antiextorsión, explicó en La W que los procedimientos se realizaron acorde a los protocolos establecidos y aclaró que no se trató de una operación de rescate sino de reconocimiento de la zona.
"Una vez la patrulla policial se encuentra atravesando el lugar, es emboscada desde diferentes flancos por parte de delincuentes, a lo que los uniformados tienen que repelerse para resguardar su vida y responder al ataque", aseguró el alto oficial.
El general Murillo manifiesta que durante el enfrentamiento con los delincuentes, estos tomaron la decisión de ultimar la vida del ganadero de 50 años, quien llevaba más de tres meses secuestrado.
Sin embargo, el alto oficial niega que se haya autorizado la entrega de una suma de dinero, pues va en contravía de las normas establecidas por la institución para estos casos. Así, explica que son las autoridades las que buscan, de manera contundente, atacar estas estructuras que buscan por medio de la extorsión presionar a la comunidad.
Finalmente, el general Murillo aseguró que continuarán las investigaciones para esclarecer estos hechos y darle respuestas contundentes a los familiares a quienes extendió su solidaridad en estos momentos.