Los secretos no revelados de alias Popeye
Jhon Jairo Velásquez Vásquez que acumuló una fortuna de 12 millones de dólares por los crímenes que cometió, murió de cáncer de estómago el pasado 6 de febrero.
58 años después de su vida y muerte, Jhon Jairo Velásquez Vásquez, más conocido como alias Popeye, fue el sicario más importante al servicio del narcotraficante Pablo Escobar, quien alcanzó a estar entre los 15 hombres más ricos de mundo. 'Popeye', asesinó a “sangre fría” a más de 250 personas, 540 policías, y planeó al menos 3.000 ejecuciones e intentos de asesinato.
En un documental de National Geographic contó secretos nunca antes revelados de su vida con Pablo Escobar.
El 31 de diciembre de 2019 fue hospitalizado en el Instituto Nacional de Cancerología a causa de un cáncer de estómago, y casi dos meses después, el 6 de febrero de 2020, a sus 57 años, el Instituto Penitenciario y Carcelario de Colombia –Inpec-, anunciaba su muerte.
El 29 de noviembre de 2019 Alias Popeye es ingresado a la clínica de Valledupar.
Sus inicios
Velásquez nació en Yarumal, Antioquia, el 15 de abril de 1962. Le decían ‘Popeye’ porque cuando era niño su sueño era ser marinero o policía.
“Yo quería estar en las armas. Cuando iba a pedir una oportunidad de trabajo no me la daban, lo sacaban a uno a patadas de las oficinas, ni siquiera me recibían la hojita. Me di cuenta que, si uno llegaba con la pistola, tumbaba la puerta y disparaba, la gente era muy formal y le ponían cuidado a uno”, confesó ‘Popeye’.
Jhon Jairo Velásquez aseguró que un día le fue a pedir trabajo a "su amigo", el entonces senador Federico Estrada Vélez “en el tránsito" porque le gustaba la calle y “volear pito”, además le tenía tanta confianza que iba a visitarlo a su casa. Sin embargo, en esa ocasión, el sicario confesó que esto no fue bien visto por el parlamentario y decidió sacarlo del recinto. 'Popeye' añadió que una vez salió del lugar, se sentó en una esquina, doblo su hoja de vida y se le llenó la cara de lágrimas.
Tiempo después, el 21 de mayo de 1990, se confirmaba el asesinato del senador Estrada Vélez, quien se desempeñaba como abogado y docente, a manos de los sicarios de Pablo Escobar cuando se dirigía a su casa.
Los crímenes
Este “asesino profesional” como se definía a sí mismo, era un hombre “sencillo". No usaba ropa de marca. Tampoco tenía complicaciones de donde quedarse a la hora de dormir. No obstante eso no era a propósito, ni tampoco por su vida nómada, sino porque algunos de sus antiguos compañeros de crimen aún lo perseguían para asesinarlo; después de las múltiples confesiones que les entregó a las autoridades en el año 1992 y por las que recibió una condena en prisión de 23 años.
En 2014 salió en libertad tras cumplir tres quintas partes de su condena en la cárcel de alta seguridad de Cómbita, Boyacá, luego de pasar por la de Itagui y 'La Modelo' en Bogotá. Sin embargo, el 25 mayo de 2018 fue recapturado y acusado por los delitos de concierto para delinquir y extorsión a dos familias asociadas con el narcotráfico.
'Popeye' mientras sostenía que “en un país tan violento donde el matar es un trabajo lícito”, declaró que asesinó 13 magistrados de la Corte Suprema de Justicia, 15 jueces, 12 periodistas, puso más de 250 bombas en todo el país, secuestró toda la clase empresarial de Colombia y ahuyentó la inversión extranjera, es decir, le hicimos un daño grandísimo al país”.
Crímenes que se gestaron en una ‘pequeña libreta’ donde Escobar anotaba todos los detalles de sus víctimas,información que se la entregaba a sus sicarios para que ellos hicieran el “trabajo”. “En un minuto organizaba una muerte. Era grande porque mataba”, afirmó Velásquez.
Le pagaban 1000 dólares por matar a un policía y hasta 12 mil por “la cabeza” de un político o juez. Quien fuera la mano derecha del narcotraficante más buscado, habló de la cruda manera en que torturaban a sus víctimas: “utilizábamos muchas cosas para torturar a los que considerábamos nuestros enemigos. Bolsas, agua caliente, herramientas, soldadores y hasta cuchillos”.
“El dinero mío era de la mafia de Pablo Escobar, me lo gané matando gente, siendo leal al lado del patrón. Para la época tenía alrededor de 12 millones de dólares. Estamos hablando del narcotraficante más grande que ha tenido la historia del mundo”, afirmó 'Popeye'.
Modus operandi
En cada ciudad, Escobar tenía un grupo de inteligencia y logística en el que participaban notificadores de juzgados, conductores, periodistas, universitarios e industriales a quienes se les pagaba mensualmente por sus servicios de información y a “quienes agradecía”.
27 años después de la muerte del narcotraficante colombiano, 'Popeye' aún le seguía siendo leal a Pablo Escobar, su “patrón” a quien no lo consideraba su padre sino una “religión”. Visitaba sagradamente su tumba cada dos o tres días mensualmente a la que entraba con un escolta armado.
Decía que Medellín era como “una mujer, bella pero peligrosa” pues estaba construida sobre un cementerio lleno de “muerte y sangre”. En la época en que reinaba Pablo Escobar, la capital antioqueña tenía 2 millones de habitantes y 3.000 sicarios. En el barrio ‘Escobar’ conocido así, porque el narcotraficante lo construyó, era el lugar en donde reclutaba las “fuerzas armadas” del cartel de Medellín.
“Si no se ha conocido la leche, carne y huevos, para el día a día es difícil la alimentación y te ofrecen medio millón de pesos, un arma con salvoconducto y una moto para ir a quitarle la vida a otra persona, inmediatamente lo haces”, dijo uno de los sicarios contratados por Pablo Escobar para ese momento.
Popeye es trasladado a la carcel de máxima seguridad 'La Tramacua' en valledupar el 28 de mayo de 2018, luego de ser recapturado.
La muralla de narcotráfico
La fortaleza de Pablo Escobar era su Hacienda Nápoles de 60.000 hectáreas y a tres horas en carro desde Medellín. Siempre iba acompañado de sus escoltas porque el camino era peligroso por los retenes de la policía, guerrilla y paramilitares. Estaba rodeada de un enorme zoológico con 15.000 animales, ríos, selva y montañas. En su entrada tenía un pequeño avión que fue el primero que usó para transportar cocaína a los Estados Unidos.
Sin embargo, el zoológico no era solo de exhibición y para sus hijos. Tenía un propósito adicional. Fue construido para tapar una pista de aterrizaje que había al interior de la hacienda, “de allí salían diariamente de 10 a 12 aviones con una bandera de Costa Rica y llenos de cocaína hacia Norteamérica con 600 a 700 kilos. Todo el mundo sabía, por eso ganaban mucho dinero las autoridades aeronáuticas y controladores aéreos. Un kilo de cocaína para la época valía 50 mil dólares”, relató Popeye.
Además, dice: “yo guarde hasta 2.000 kilos de cocaína del Patrón en Miami. Yo llegué a ver hasta 60 millones de dólares en efectivo. El dinero iba y venía”.
La persecución
En pleno apogeo del poder de Escobar, año 1988, fue la única vez que habló públicamente sobre la cocaína durante un encuentro con Fabio Ochoa que pertenecía al Cartel de Cali. Momento en el que Estados Unidos ofreció una recompensa de 1 millón de dólares como recompensa por la captura del líder del Cartel de Medellín. Razón por la que se firmó el tratado con Estados Unidos.
“Prefiero una tumba en Colombia que un calabozo en Estados Unidos”, fue una frase que dijo Pablo Escobar al estar en desacuerdo con la extradición, y sus constantes esfuerzos de tumbar esta prerrogativa.
Tanto así que cuando se entregó, le exigió al Gobierno construir una cárcel para él, ‘La Catedral’, en el que estuvo recluido con sus sicarios, se manejó el negocio de las drogas y “se cometieron muchos asesinatos, yo era un hombre leal a él, no tenía porque chistar nada, nunca pensé en refutar ninguna orden del patrón”, dijo 'Popeye'.
Luego se escaparon de la cárcel y empezó la persecución para lograr su captura. “Para movernos entre las calles él (Escobar) se colocaba un sombrero y yo, un peluca, agregó quien fuera la mano derecha Pablo Escobar.
El 18 de agosto de 1989, sicarios de Escobar asesinan a Luis Carlos Galán Sarmiento, candidato a la Presidencia de Colombia. Crimen del que Popeye dijo que “fue gravísimo porque el país retrocedió muchísimo”.
Su sucesor, Cesar Gaviria, el 27 de noviembre de 1989 iba a volar a Cali, pero decidió cambiar sus planes y no abordó el avión de Avianca. Ese día, la aeronave explotó y dejó 107 víctimas mortales.
En el documental de Jhon Jairo Velásquez Vásquez, alias Popeye finalizó resaltando que “toda la guerra fue un error”.