Seis jóvenes colombianos buscan dejar huella en la ciencia con una ingeniosa propuesta de exploración planetaria
En algún lugar, algo increíble está esperando a ser descubierto, citaba alguna vez Carl Sagan, reconocido astrónomo de ánima exploradora.
“En algún lugar, algo increíble está esperando a ser descubierto”, citaba alguna vez Carl Sagan, reconocido astrónomo de ánima exploradora, la misma esencia que lleva esta historia: seis jóvenes buscando dejar huella en las tantas aventuras de la ciencia.
Gracias al profesor Carlos Galeano Hoyos, cinco egresados de ingeniería mecatrónica y una estudiante en curso, desarrollaron una ingeniosa propuesta de exploración planetaria donde realizan un estudio a la atmósfera de alta Venus. Allí encontraron que el planeta contiene compuestos orgánicos similares al de la tierra. Hoy en día buscan apoyo financiero para continuar la investigación “CythereanSep: Atmósfera de Venus” en Houston, Texas.
Los inicios del proyecto se dieron gracias al apoyo de la escuela de fotografía, quienes le brindaron a este grupo de ingenieros un espacio para la construcción de este proyecto. La disciplina y el compromiso unieron a Paula Duque, Juan FelipeCasadiego, Mateo Aldana, Santiago Rincón, Andrés Alvarado y Juan Diego Acevedo. Juntos son los encargados de sostener y posicionar el proyecto, en términos de telemetría, astrodinámica, fuentes de alimentación de aeronaves, satélites de comunicación, y otros temas que ayudarán a la construcción del mismo.
Reunidos en casa de uno de ellos, decidieron poner en marcha el proyecto, siendo su profesor el puente necesario para dar sus primeros pasos hacia la NASA. A la espera de la oscuridad, la noche era la jornada elegida para crecer en el proceso, entre secretos e ilustres ideas empezaba a cobrar vida una ilusión que más adelante sería el pasaporte a la felicidad de estos jóvenes.
Las jornadas arduas y estresantes se prolongaron alrededor de 10 a 11 meses aproximadamente, dejando como resultado 160 páginas en donde se evidenciaba el sudor, el sacrificio y el conocimiento de estos chicos que de a poco se llenaban de motivos para salir adelante. Para la realización de este proyecto, se tuvo en cuenta ciertos aspectos de estudios anteriores de la Unión Soviética y Estados Unidos en donde se aborda el tema de la exploración de Venus.
Más adelante con el documento finalizado y con el visto bueno de Galeano, deciden enviarlo para su aprobación y así obtener el respaldo que precisaban. Este proyecto ha tenido el apoyo de los colombianos César y Adriana Ocampo quienes hacen parte de la NASA. Fue esta última, quien es la actual directora del programa La Ciencia de la NASA, quien enseñó el proyecto al director de tesis de doctorado, manifestando que el estudio era “integral y completo”.
Dada la respuesta positiva que recibieron, fueron invitados a desarrollar el concepto en el marco del Congreso Internacional de Exploración a Venus, logrando así que las entidades competentes financiaran el proyecto. Sin embargo, y como honra al planeta, la travesía se volvió rocosa. Los recursos económicos del grupo no eran suficientes y por tal razón, decidieron buscar ayudas de terceros, pero las respuestas fueron negativas.
No obstante, dichas respuestas no fueron un impedimento para ellos, realizaron los trámites necesarios para sacar la visa estadounidense y dar los últimos pasos hacia su ambición. Sin embargo y como en toda historia, siempre existe un nudo: a dos de ellos les fue negada la solicitud sin saber por qué. Esto, sin duda, fue un golpe abrupto, ya que, el propósito inicial siempre fue poder permanecer juntos.
A pesar de la respuesta negativa y en vista de que se acercaba el congreso, su padre, como cualquier otro, hizo lo imposible por ver feliz a su hijo. Decidió contactar al equipo de Soluciones W para que le brindaran ayuda al proyecto en el cual pertenecía Juan Diego y su grupo de investigación.
Gracias a la gestión brindada por el equipo de Soluciones W, se logró poner en contacto con una empresa de aerolíneas, a quienes les pareció interesante el proyecto y con la amabalidad que se les caracteriza, decidieron hacer parte de esta solución. Los tiquetes de ida y regreso fueron puestos sobre la mesa para que este grupo de ingenieros pudiesen viajar a exponer sus conocimientos a todos los pertenecientes al congreso.
Sin embargo, con un pie en Estados Unidos y otro acá en Colombia el destino jugó una mala pasada y de manera esquiva se manifestó con una señal de pare frente a ellos y el mundo, ya que, el tema del Covid-19 obligó a que el evento fuese aplazado para el mes de abril, cosa que aún no se ha confirmado. No obstante, la situación sigue siendo compleja ya que en cada país del mundo el nivel de cuarentena es crítico y no sabemos lo que el futuro nos depara.
Autor: Daniel Chávarro