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Boyacá se une a homenajes de los 22 cadetes muertos en atentado del ELN en Bogotá

Las banderas de la Policía y de Colombia permanecen a media asta en las estaciones de los 123 municipios del departamento.

De los 22 cadetes muertos, estaba Andrés Felipe Carvajal oriundo de Muzo, Boyacá. Foto: Policía de Soracá.

A media asta permanecen las banderas de la Policía, de Boyacá y de Colombia en homenaje a los 22 cadetes que murieron en el atentado terrorista perpetrado por el ELN en la escuela de Cadetes General Francisco de Paula Santander en enero de 2019.

Los comandantes de la Policía de Boyacá, coronel Germán Jaramillo y del área Metropolitana de Tunja, coronel María Emma Caro, asisten a ceremonias religiosas recordando a las víctimas, dentro de las cuales murió Andrés Felipe Carvajal, oriundo de Muzo, Boyacá.

“Tenemos previsto hacer una misa en la basílica de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá donde asistirán las autoridades departamentales y municipales para honrar la memoria de todos nuestros candidatos”, dijo el coronel Jaramillo.

Dijo que para la familia del cadete Carvajal no ha sido fácil aceptar durante el último año por lo cual desde la institución castrense se les viene brindando toda la solidaridad.

- Mami, cuando grande quiero ser capitán

Desde niño, Andrés Felipe anhelaba con ser capitán del Ejército, recuerda doña Patricia entre sollozos y ahora de grande su propósito es el de ser general. “Yo soy inteligente me dice, se le veía muy contentó porque ya estaba en cuatro semestre”. 

Diana Garzón, quien fue compañera del cadete desde preescolar hasta terminar el bachiller, corrobora que los sueños y el amor por las Fuerzas Militares siempre estuvo presente en las conversaciones de Andrés. 

“Se caracterizó por el amor a las Fuerzas Militares y era su sueño más grande. Una persona muy inteligente. Se preocupó por ser una persona integra y responsable”, cuenta Diana.

- Andrés, de erradicador de coca a oficial de la Policía  

En la puerta del hospital del Tunal, doña Patricia cuenta que su hijo fue estuvo trabajando en Arauca y allí decidió hacer un curso de contra-guerrilla. “A él le toca dormir en el monte, “encambuchado”, le tocaba erradicar coca”. 

Ante estas duras labores, Andrés convenció a su familia para que lo apoyaran económicamente para presentarse al curso de oficial y seguir caminado y luchando por su sueño de niño, ser oficial de la Policía. 

“Le empezó a doler mucho la columna y me dijo: Madre, seguro por el armamento tan pesado, me duele mucho la columna; quiero madre que me colaboren para presentarme como oficial; le dije mijito hágale nosotros lo apoyamos, y le sacamos la carrera entre todos”, cuenta doña Patricia, la voz se le quiebra

Lo que llama la atención a la madre desconsolada,es que “nunca le ocurrió nada por allá en esos sitios tan calientes, y acá si pasarle eso, Dios mío”.