En Bogotá se realizará por primera vez un evento mundial de artes marciales mixtas

Colombia vive una rápida expansión de las artes marciales mixtas (MMA, por sus siglas en inglés) no solo como un hobby o alternativa deportiva, sino también de forma profesional y competitiva. Muestra de esto es que el próximo el 7 de septiembre se realizará en Bogotá el primer evento internacional en el que competirán luchadores de diferentes partes del país.

El evento fue lanzado por la empresa LFC Colombia y BRAVE Combat Federation, la firma más grande de Artes Marciales Mixtas en Oriente Medio. Los organizadores afirman que se trata de un hecho histórico porque los deportistas tendrán una oportunidad de mostrar su talento ante el mundo y hasta obtener un contrato laboral, algo que rara vez les ocurre a los peleadores de MMA en Colombia.

Jaime Barón Cuervo, presidente de la Asociación Colombiana de Artes Marciales Mixtas (OCAMM) y gerente de Latin Fighter Championship (LFC) Colombia, explica a la Agencia Anadolu que cada vez más personas ven el deporte por ESPN y Fox Sports y "cada vez más personas quieren participar”. Por ejemplo, OCAMM, que inició con cinco clubes de MMA afiliados, actualmente tiene 23 en todo el país.

A pesar del auge, hay poco apoyo a los deportistas que quieren dedicarse a las artes marciales mixtas a tiempo completo. Aunque la falta de recursos afecta a muchos deportistas en Colombia, los peleadores de MMA enfrentan una dificultad adicional. “En Colombia, las MMA están catalogadas por Coldeportes como una actividad recreativa. Eso crea dificultades jurídicas a la hora de asignar presupuesto”, explica Barón.

La mayoría de los deportistas tienen otros empleos y responsabilidades. Deben sacar de sus propios recursos y tiempo libre para entrenar, pagar clases y comprar los implementos necesarios.

Ese tipo de dificultades hacen que muchos deportistas no lleguen al nivel profesional. “Un competidor profesional debe entrenar entre cuatro y seis horas diarias cuando se está preparando para un combate. En un periodo de ´mantenimiento´ (cuando no hay una pelea cercana) entrenan de dos a tres horas diarias cinco a seis días a la semana”, explica Barón.

MMA, una historia milenaria con una aplicación moderna

El inicio de las MMA se remonta a principios del siglo XX en Europa, Japón y en el llamado Anillo del Pacífico, principalmente en Brasil. En este último se practicaba el 'Vale Tudo' (Vale Todo), que daba lugar a combates poco regulados que se podían tornar muy violentos.

Estados Unidos importó el Vale Todo y lo desarrolló imponiendo algunas reglas, hasta convertirlo en Ultimate Fighting Championship (UFC), pero tuvo poca aceptación en el público debido a que era muy violento.

Con el tiempo diversos empresarios vieron la oportunidad de combinar milenarias artes marciales en un solo escenario con reglas en común, categorías de peso y desde un punto de vista más deportivo. De allí nacieron las artes marciales mixtas.

Luis Fernando Devia, director del centro de alto rendimiento Kudo, en el occidente de Bogotá, explica que actualmente muchos deportistas tienen como base un arte marcial como el Kung-fu, el judo, el Karate o el Jiu-jitsu para luego practicar MMA. El deporte también se incorpora técnicas de la lucha libre, el boxeo y el Muay Thai, entre otros.

La fiebre por las artes marciales mixtas no tardó en llegar a Colombia. Los deportistas del país, a pesar del poco apoyo, ya han logrado posicionarse en las altas esferas del deporte. Fredy Serrano, también conocido como 'El Profe', fue campeón olímpico de lucha y luego empezó su carrera de artes marciales mixtas. Fue el primer colombiano en llegar a la UFC. Alex 'El Rolo' Torres y John Bedoya también han logrado un reconocimiento mundial en el deporte.

Alejandra Lara, quien actualmente trabaja para Bellator MMA, y Sabina Mazo, que está en UFC, han abierto camino en la rama femenina para las colombianas.

Las peleadoras

Por muchos años las mujeres estuvieron apartadas de los escenarios deportivos de alto rendimiento, especialmente en las disciplinas de contacto como las MMA. Barón cuenta que la subrepresentación de la mujer se hace evidente a la hora de organizar torneos en Colombia. Rara vez hay suficientes mujeres a nivel competitivo para abrir una categoría femenina.

Yeimy Rojas cuenta que llegó a las artes marciales hace un año luego de un grave accidente que le causó un politraumatismo. Se aburrió de las fisioterapias y, buscando alternativas, encontró las artes marciales mixtas.

“Cuando llegué tenía muchos miedos y limitaciones en la movilidad de mi columna, mi rodilla y mi tobillo. Pensaba que no podía hacer los movimientos. Tenía mucho miedo”, cuenta Rojas.

El 'sensei' la ha ayudado a sincerarse sobre sus temores y vencerlos. Practicar artes marciales se convirtió en una especie de terapia emocional, además de física. “Para mí ha sido fundamental en el tema de seguridad, de recuperar mi autoestima y mantener la paz”, cuenta la profesional en derecho.

No todas las personas que practican artes marciales mixtas compiten. Hay una línea recreativa, una línea deportiva y otra de competencia. Sin embargo, la abogada que empezó en un nivel de acondicionamiento físico, ya decidió preparase con miras a llegar al nivel competitivo.

A futuro, el reto para la Asociación Colombiana de Artes Marciales Mixtas es grande. Debe buscar la manera de conectar el talento y los sueños de cada vez más deportistas colombianos con oportunidades reales de desarrollo.

Jaime Barón afirma que este primer evento internacional es un buen comienzo. Antes de la competencia se realizará el torneo Brave Warriors para seleccionar a peleadores que estarán en la final. Estos últimos participarán en el evento del 7 de septiembre frente a una audiencia de 800 millones de personas en el mundo, ya que se transmitirá por canales de televisión y streaming.

“Queremos mantener estas oportunidades y tener más eventos. Que inversionistas extranjeros se interesen en el talento colombiano”, dice Barón. “Que más deportistas pasen al nivel profesional y pasen por los grandes escenarios internacionales”, concluye.