Internacional

Movilización en Quito planta cara a la violencia machista tras últimos casos

Unas 2.000 personas se concentraron hoy en el norte de la capital de Ecuador para expresar su repudio a la violencia machista que en la última semana originó casos un feminicidio.

Movilización en Quito planta cara a la violencia machista tras últimos casos. Foto: Getty Images

En su mayoría ataviados de negro, los participantes respondieron a una convocatoria planteada esta semana por redes sociales, después de que se conociera el caso de "Martha", el nombre genérico de una mujer de 35 años víctima de una violación grupal el pasado 13 de enero en un bar de Quito, por el que tres individuos fueron detenidos por estar involucrados en los hechos.

El caso más reciente, ocurrido en la noche del sábado, acabó con el fallecimiento de una gestante acuchillada en Ibarra por el que fuera su pareja y que la mantuvo como rehén frente a la Policía, crimen grabado en un video que se ha hecho viral y conmocionado al país.

"Señor, señora, no sea indiferente: Se mata a las mujeres en la cara de la gente", o "ni una menos, vivas nos queremos", fueron las principales consignas de un plantón en la conocida tribuna de los Shyris de Quito, junto al emblemático parque de La Carolina.

Participantes de todas las edades y en su mayoría mujeres, aunque también eran visibles parejas, maridos e hijos, portaban carteles que rezaban "la violación nunca es culpa de la víctima" o "de camino a casa quiero ser libre, no valiente", entre muchos otros.

Una de las asistentes arengó a los concentrados con un altavoz con el que amplificó su quejido: "Para que dejen de matarnos, para una vida libre de violencia, para los acosadores, para los violadores, para los asesinos", a lo que los presentes contestaban al unísono "¡condena justa!".

En un momento de la concentración, los asistentes cortaron el tráfico de la avenida contigua en una dirección primero, para luego interrumpirlo completamente en los dos sentidos.

Desde la tribuna colgaba una gran pancarta en la que se hacía un llamamiento a los legisladores para que tuvieran presente la lucha feminista contra la violencia machista.

"Diputados: Respeten los derechos políticos de las mujeres. Recuerden, somos mayoría y nuestro voto cuenta", indicaba.

La profesora de Comunicación de la Universidad San Francisco de Quito, Gabriela Falconí, de 46 años acudió a la convocatoria porque según explicó a Efe, "ya no podemos más, nos siguen matando, nos siguen asesinando. Si seguimos dejando que el machismo gane todos vamos a perder, este es un llamado para todos".

Para Sonia Andrade, de 60 y militante de la Coordinadora Política de Mujeres Ecuatorianas, que portaba una bandera tricolor a modo de capa y un cartel alusivo a que también había sido violada como paradigma de la situación de las mujeres en el mundo, refirió que "no puede ser posible que a cada segundo nos maten en el mundo".

"Lo que ha sucedido en Ibarra, mi ciudad, realmente ha conmovido y movilizado a la gente", subrayó.

Al aludir al hecho de que el feminicida fuera de nacionalidad venezolana, Andrade señaló que "el tema de la violencia en contra de las mujeres no es un asunto de nacionalidad, es un asunto de un sistema que permanentemente ha excluido a las mujeres y nos ha relegado a un segundo plano".

Por su parte, David Torroja, argentino de 34 años y residente en Ecuador desde hace 6, consideró que "hay que tener presente los agravantes que estamos viendo a cada rato en Latinoamérica, hay que empezar a moverse y participar porque estamos todos muy parados".

"No nos habíamos indignado tanto como con esto que pasó y está bueno que se empiece a visibilizar", remarcó.

El manifestantes aseguró que le machismo también está presente en los medios de comunicación, "porque la gente que gobierna los medios es vieja y tiene unos valores anticuados" y como solución propuso que "las generaciones actuales tenemos que empezar a educar a nuestros hijos para que vean lo malo que es vulnerar a las personas".

El lunes plataformas feministas han convocado dos marchas de repudio a la violencia machista, una en Quito y otra en Guayaquil.