Arroceros piden apoyo urgente por parte del Gobierno para parar importaciones del cereal
Según la Dignidad Arrocera de no ponerle freno a las importaciones de arroz, Colombia terminará consumiendo cereal extranjero que será más costoso.
Los Distritos de Riego del Tolima y la Dignidad Arrocera en el Consejo Nacional del Arroz, enviaron el mensaje al Gobierno Nacional asegurando que a la industria parece no importarle el proveedor de la materia prima y el agricultor.
En sus declaraciones, Roberto Botero, vocero tanto de los Distritos como de la Dignidad Arrocera, expresó también que el Ministerio de Agricultura y la Industria aprueban importaciones de arroz, haciendo que el productor se encuentre sujeto a las determinaciones de ambos, las cuales en su mayoría son lesivas a los intereses del sector arrocero del país.
En esta nueva ocasión, como ha venido ocurriendo durante los últimos años, el dirigente arrocero, aseguró que los colombianos va a terminar consumiendo arroz extranjero y por lo tanto lo tendrá que pagar más caro si no se le pone freno a las importaciones del cereal.
Recordando que a partir del año 2022 puede entrar arroz sin límites desde Perú, después del 2026 desde Ecuador y posterior al 2029 de EE.UU, lo que se traduce en que se va a reemplazar la producción de los agricultores colombianos por arroz importado, de paso acabando con el empleo rural en los 217 municipios productores del grano.
En su pronunciamiento, la Dignidad Arrocera puso como ejemplo que este año terminaría ingresando a Colombia 235 mil toneladas de arroz blanco por cuenta de los tratados internacionales con EE.UU y la CAN, que corresponde a la producción interna de 80 mil hectáreas o a un mes y medio de consumo nacional.
Ante el escenario Roberto Botero, en calidad de dirigente arrocero, solicitó al gobierno del presidente Duque políticas claras y estables en materia de comercialización y control al precios de las cosechas, no solo de arroz sino de todos los productos agropecuarios.
Según Dignidad Arrocera, hoy en día el negocio del agricultor arrocero es muy incierto en su rentabilidad, puesto que desconoce a cómo le van a comprar su producto, su forma de pago y cuál va a ser su productividad, de lo que sí está seguro es que siembra y la gran mayoría saben a quién le tienen que entregar, más no vender su cosecha.