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Más de la mitad de los venezolanos vive en pobreza extrema

Una encuesta reveló que las condiciones de vida de los venezolanos han sufrido un deterioro en materia de salud, alimentación, educación y seguridad.

Vista general del distrito de Petare, en Caracas. Foto: Agencia Anadolu

Las condiciones de vida de los venezolanos se deterioraron durante el 2017 y podrían ser peores en el 2018. Así lo reveló un reconocido grupo de investigadores de las principales universidades del país, quienes este miércoles reportaron más de 50% de pobreza extrema, con un compromiso importante en las áreas de salud, alimentación, educación y seguridad.

Ante este panorama, los venezolanos han optado por emigrar. De acuerdo con cifras de la denominada Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi) 2017, que fue presentada este miércoles en la Universidad Católica Andrés Bello, en Caracas, en 606.000 hogares –de los 7 millones analizados– algún miembro decidió emigrar en los últimos cinco años.

Se trata de al menos 800.000 venezolanos que abandonaron un país en el que, según los investigadores, 82% de los hogares está en situación de pobreza por lo que sus ciudadanos no pueden costear sus necesidades básicas, entre ellas las de alimentación.

La disminución de la seguridad alimentaria en los hogares venezolanos fue catalogada como “dramática” por los expertos, y es que 80% de estos presenta algún tipo de inseguridad alimentaria. Los efectos son visibles: según el estudio, 60% de los encuestados perdió 11 kilos en promedio durante el último año.

La dieta del venezolano ha cambiado radicalmente. La inmensa mayoría de los encuestados dijo que no podía comprar alimentos saludables o que no encontraba los alimentos que deseaba comprar. El consumo de proteínas se redujo y se sustituyó con tubérculos, mientras que la harina de maíz precocida, que antes ocupaba el primer lugar de consumo, fue desplazada por el arroz.

Los investigadores, además, encontraron que 27% de los venezolanos estaban haciendo dos o menos comidas al día.

La salud de los niños estaría comprometida. Sin embargo, más que en desnutrición, la Encovi enfocó su estudio en el área de la salud, en la situación materno infantil. De acuerdo con la encuesta, 25.000 mujeres que estuvieron embarazadas durante 2017 no atendieron a sus controles prenatales. En los sectores de menos recursos, apenas 20% acudió durante el primer mes de gestación a la consulta.

“En Venezuela se ha producido el mayor deterioro de la situación materna en América Latina en los últimos años y el mayor deterioro en la protección de salud, que se expresa en el aumento del gasto de bolsillo; y esto trae consecuencias terribles para las personas, no solamente en términos de la calidad de la salud sino en las dificultades para obtener medicamentos y atención”, dijo el investigador Marino González.

De acuerdo con la Encovi, 4% de la población venezolana perdió el seguro de salud entre el año 2016 y 2017. Con esto, el aumento de la población que no está asegurada ha aumentado casi 20 puntos desde que este grupo de investigadores hizo la primera encuesta, en 2014.

Violencia, desempleo y deserción escolar

Por primera vez los expertos vinculan la pobreza y la desigualdad con la violencia. De acuerdo con el informe, durante 2017 la situación de violencia en el país fue grave: uno de cada cinco venezolanos fue víctima del delito. El miedo, aseguran, es generalizado: la mayoría de las personas teme salir a comprar e incluso usar el transporte público.

Por eso, 42% de la población ha sentido la necesidad de mudarse: del barrio, de la urbanización y, una gran parte, del país.

Los patrones del delito en el país suramericano han cambiado: jóvenes e incluso personas de la tercera edad se han adentrado en la delincuencia por necesidad. El investigador Roberto Briceño León refirió situaciones de personas que roban cebollas o pimentones de los mercados porque no tienen qué comer, pues sus ingresos son insuficientes.

Mientras esto sucede, ha habido una mayor estructuración de las bandas. Los expertos han encontrado un incremento del control territorial y de la extorsión por parte de las bandas delincuenciales.

La tasa de desempleo, por su parte, se incrementó. En los tres años previos a 2017 había estado por el orden de 7,5%, pero experimentó un aumento “sustancial” de unas 200.000 personas hasta alcanzar 9% de desempleo abierto.

Los que están trabajando, sin embargo, lo están haciendo, a juicio de los investigadores, en condiciones de “vulnerabilidad y precariedad”: la estimación que hacen es que 60% de la población ocupada está en el sector informal.

“Las cifras dan cuenta de un agravamiento de las condiciones laborales del venezolano”, sintetizó el investigador Demetrio Marotta, quien al hacer un contraste con las cifras de pobreza aseguró que la población venezolana, especialmente los jóvenes, no tiene posibilidades de superarse en el medio laboral venezolano. Esto los está llevando a emigrar.

Sin embargo, el estudio detectó que los estudiantes que se han quedado en el país han incrementado su participación en el mercado laboral. Esto, a juicio de Marotta, se vincula con la deserción escolar, que los investigadores atribuyen al deterioro de los ingresos familiares, lo que estaría obligando al mayor número de miembros del hogar a incorporarse al mercado de trabajo.

La investigadora Anitza Freites asegura que el 39% de la población con edades comprendidas entre los 3 y los 17 años no está asistiendo a las aulas por falta de alimentos en el hogar o en las escuelas, deficiencias en los servicios públicos, entre otros factores, a los que posiblemente se sumen ahora otros como la falta de dinero en efectivo.

Los resultados de esta encuesta reflejan la realidad del país durante los primeros nueve meses de 2017. Los investigadores sostienen que a partir de octubre, cuando comenzó el proceso hiperinflacionario, el deterioro en las condiciones de vida ha sido peor.