Internacional

¿Qué hace una exestrella de la NBA en Corea del Norte?

El exbasquetbolista Dennis Rodman argumenta que su viaje a Pyongyang para el cumpleaños de Kim Jong-un es parte de su diplomacia deportiva y que ayudará a abrir la puerta del país.

Para un aficionado del baloncesto no podría haber mejor regalo de cumpleaños que un partido en su honor con viejas estrellas de la NBA. Pero cuando el agasajado es Kim Jong-un, el líder de Corea del Norte, y el oferente es Dennis Rodman, el asunto toma un cariz distinto.

Por cuenta de las celebraciones del cumpleaños de Kim -la edad que cumple es motivo de especulaciones-, Rodman participa junto con varios de sus excolegas en un juego de exhibición para felicitar al líder que considera "un amigo para toda la vida".

Su viaje a Pyongyang, el cuarto que realiza de carácter privado, ha desatado una controversia en Estados Unidos, un país que no tiene relaciones diplomáticas con Corea del Norte y que ha sancionado al régimen asiático.

Rodman dice que sus intenciones son lo que él llama escuetamente la "diplomacia del baloncesto", y funcionarios en Washington se han distanciado de sus comentarios y han reiterado que no representa los intereses del gobierno.

En

Estados Unidos algunos rechazan el viaje de Rodman

y no ven con buenos ojos su cercanía con un régimen al que consideran represivo, especialmente desde que el tío de Kim,

Chang Song-Thaek

, fuera ejecutado por traición a mediados de diciembre.

Pero otros argumentan que Rodman está abriendo la puerta de un país férreamente controlado, exponiendo a sus habitantes a nuevas ideas y brindándole información a Estados Unidos que no ha conseguido por vías oficiales.

Diplomacia deportiva

Consciente de la controversia que ha generado su nuevo viaje, el mismo Rodman apareció en una caliente entrevista con la cadena CNN, flanqueado por sus colegas, para explicar que considera su partido "

una gran idea para el mundo

" y que le parece extraño que la gente siempre rechace lo que él hace.

"Su pasión son los niños y las familias", agregó el también exdeportista Charles Smith, quien dijo que el objetivo es hacer un gesto de buena voluntad.

Aunque Rodman no ha dado muchos más detalles de lo que implica ese gesto, en anteriores ocasiones sí resaltó que busca generar una relación "a la misma altura" entre los norcoreanos y los estadounidenses. Y notó que cree que puede lograrlo con Kim, un líder que, según él, está interesado en fomentar la confianza a través del intercambio deportivo.

En esencia, la diplomacia deportiva tiene el potencial de crear puentes, y algunos analistas consideran que los viajes de Rodman han servido para aumentar la información, tanto en Estados Unidos como en Corea del Norte, sobre lo que ocurre en el otro país.

Scott Snyder, director del programa de políticas entre Corea y Estados Unidos en el Consejo de Relaciones Exteriores, un centro de estudios estadounidense, ve con buenos ojos que los norcoreanos sean expuestos a un mundo más amplio del que existe en su "ambiente político altamente controlado".

Una idea generalizada consiste en que la exposición a las nuevas ideas tiene el potencial de estimular un pensamiento crítico en los ciudadanos, algo que el régimen norcoreano trata de restringir.

Otro experto, Victor Cha, director de estudios asiáticos de la Universidad de Georgetown, en Washington, resalta que gracias a Rodman se conocen en

Estados Unidos

detalles sobre el liderazgo en Corea del Norte, como la edad exacta de Kim o el hecho de que tiene una hija.

Agrega, en una columna que publicó a final de año en un medio surcoreano y cuyo texto en inglés compartió con BBC Mundo, que uno de los viajes anteriores del deportista puede haber sido una de las razones principales para que Kim liberara hace poco al estadounidense Merrill Newman, un veterano de la guerra de Corea de 85 años. Otro estadounidense, Kenneth Bae, está detenido en Corea del Norte (ver recuadro).

Intenciones reales

Pero ambos analistas agregan que no creen que la visita de Rodman se derive en una mejora en las relaciones diplomáticas entre ambos países.

"El deporte usualmente sólo puede jugar ese rol cuando ya existe un pequeño impulso diplomático", le dice Cha a BBC Mundo.

Agrega que ese fue el caso de la conocida "diplomacia del ping-pong", cuando unas partidas de tenis de mesa ayudaron a mejorar gradualmente el vínculo entre China y Estados Unidos en la década de 1970 y fueron consideradas importantes para la subsiguiente visita histórica a China del presidente estadounidense Richard Nixon.

"Ese impulso no existe ahora con Corea del Norte".

Snyder también menciona la diplomacia del tenis de mesa como un ejemplo, pero agrega rápidamente que "no hay evidencias de que Estados Unidos o Corea del Norte pretendan usar este intercambio para ese propósito".

"Esta es una interacción sobre un juego de baloncesto y no sobre diplomacia", explica.

En ese sentido, los expertos consideran que el partido de exhibición tiene intenciones personales tanto en el caso de Rodman como en el de Kim.

Según explica Victor Cha en su columna de final de año, el líder norcoreano quiere proyectar un aire de confianza y control tras la controversia por la ejecución de su tío.

Para Rodman, el juego puede servir para autopromocionarse.

"Hay una atracción indudable para un exjugador profesional de baloncesto de recibir la adulación y el aplauso que se ofrece bajo órdenes para el Querido Líder (como se conoce a Kim) en Corea del Norte", dice Snyder.

"Quienquiera que haya experimentado la droga del aplauso universal querrá revivir la experiencia", concluye. "Kim Jong-un puede darle a Rodman la 'dosis' de adulación pública".

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