¡Desafíos de muerte! La peligrosa práctica de jóvenes en el Magdalena para huir del tren
Como parte de retos y apuestas se esconden dentro de la línea férrea y esperan a que el tren les pase por encima. Una vieja práctica muy popular por estos días.
Mientras que la mayoría de jóvenes en el Magdalena se distraen jugando fútbol, en Fundación, Aracataca y Guacamayal el ocio es sinónimo de prácticas extremas y peligrosas, como acostarse en la ferrovía mientras pasa el tren de carga o esperar que llegue la máquina para lanzarse al río. Maniobras que son cada vez más reiterativas en los puentes de los ríos Sevilla y Aracataca.
Para estas personas, gran parte menores de edad, representa una diversión, pero para la empresa Ferrocarriles del Norte de Colombia (Fenoco) es un verdadero acto de inconciencia e irresponsabilidad.
- Le puede interesar: Magdalena cuenta con oficina de la JEP para atender a más de 300 mil víctimas
Y nada ha podido detener a estos arriesgados magdalenenses, ni siquiera el COVID-19, pues, siguen las apuestas por el que resista más a los estremezones del tren o quien espere a que la máquina llegue más cerca para saltar.
Y aunque hasta el momento no existe alguna víctima mortal por esta atrevida práctica, Fenoco asegura que aún las campañas pedagógicas y los llamados de atención, no han logrado ahuyentar a los menores.
"Desde hace tiempo hemos estado trabajando con la Policía y el ICBF, al igual que con los rectores de los colegios sensibilizando sobre el riesgo que este comportamiento genera. Infortunadamente, los adolescentes en estas poblaciones insisten en exponer su vida y dar lugar a una tragedia que lamentar", dijo Andrés Soto, presidente de la industria de ferrocarriles.
- Le puede interesar: Desde este miércoles el Parque Tayrona reabre sus puertas
En las imágenes que quedan grabadas en las cámaras de seguridad de la locomotora, se observa la arriesgada actitud y lo común que se ha vuelto en la comunidad juvenil.
Junto a los trenes de carga no solo se mueve la economía del país, sino también un posibilidad de adrenalina para los jóvenes de estas poblaciones bananeras del Magdalena. “Compañía y ayuda por parte de los padres de familia es lo que se necesita para evitar un siniestro”, concluyó Soto.