Salida del director de Colciencias: ¿una jugada política?

Fuentes de Colciencias le aseguraron a La W que la salida de su director, César Ocampo, se debe a que el funcionario, en los meses que llevaba en la entidad, empezó a encontrar varias irregularidades.

Por ejemplo, que su secretaria general, Paula Chiquillo, tenía dos familiares y por lo menos cinco amigos en la entidad. Días después de conocer esta información, la funcionaria renunció a la entidad.

El director también encontró que existía un conflicto de intereses por parte de las personas que supervisaban las convocatorias, pues mientras eran interventores, simultáneamente tenían contratos con las mismas universidades que se ganaban las convocatorias.

También evidenció honorarios que no correspondían con las profesiones. Por ejemplo, está el caso de un abogado radicado en Barranquilla, que contesta todas las tutelas de la entidad, recibía honorarios de siete millones de pesos. Esto sucedía a pesar de que Colciencias cuenta con su propia área jurídica.

Además, se detectaron técnicos recibiendo honorarios como profesionales especializados y doctores de la parte misional recibiendo honorarios como si fueran profesionales universitarios.

Pero el detonante se dio en julio de 2017,  cuando César Ocampo se empezó a dar cuenta que su director de Innovación no sabe de innovación. Por lo tanto, le pidió la renuncia al señor Julián Pontón, quien es profesional en temas de Gobierno y no en innovación.

Pontón fue llevado al Colciencias por la anterior directora de la entidad y hoy ministra de Educación, Yaneth Giha. Revisando su hoja de vida, La W descubrió que tiene más experiencia en el sector defensa que en el área científica.

Una vez César Ocampo pidió la renuncia de este funcionario, de inmediato fue requerido por el secretario general de la Presidencia, Alfonso Prada, quien según nuestra fuente y en un tono poco amigable, le advirtió que cualquier cambio al interior de la entidad no estaba permitido y que debía trabajar con el mismo equipo que tenía Yaneth Giha.

Pero las cosas no se quedaron así. El 21 de diciembre de 2017, César Ocampo decidió expedir una resolución donde resuelve que él mismo será el ordenador del gasto de Colciencias, argumentando que su dirección estaba totalmente bloqueada. Así, una vez Prada conoció estas actuaciones,  mandó llamar a su despacho  a César Ocampo y le dijo: “El presidente Juan Manuel Santos está muy preocupado por la ejecución del presupuesto de Colciencias, por lo tanto le ordena que renuncie”.

Frente a esta orden, Ocampo decidió enviarle una carta al presidente Juan Manuel Santos el pasado 28 de diciembre, en la que le manifestó que no entendía por qué Prada le estaba pidiendo la renuncia injustificadamente. Además, señaló que las preocupaciones que le manifestó el secretario general no eran coherentes.

En esta carta, que se encuentra en poder de La W, Ocampo afirma que a Prada le preocupa la resolución que él emitió para asumir la ordenación del gasto, a lo que Ocampo argumenta que la resolución  solo responde al interés de solventar la ejecución presupuestal y destinar los recursos indispensables para ejecutar algunos proyectos.

Según este documento, otra de las angustias del secretario Prada es que la ejecución presupuestal estaba en unos niveles muy bajos. Sin embargo, Ocampo afirma que al cierre de 2017 la ejecución de Colciencias alcanzó un 97%.

Finalmente, César Ocampo le dice al mandatario: “Señor presidente, por las anteriores razones, he decidido no renunciar hasta tanto no hablar con usted personalmente”.

Fuentes de la entidad aseguran que la asistente de Prada, Sandra Amarillo, le pidió a Ocampo que le enviara la carta al director de Asuntos Políticos de Presidencia, Juan Valdés, al mismo Alfonso Prada y al correo del presidente.

Sin embargo, nunca hubo respuesta del primer mandatario.