Madonna es demasiado 'exigente' en el gimnasio hasta para un entrenador profesional
La gurú del fitness Tracy Anderson revela que, durante sus años como entrenadora de Madonna, trabajaban en el gimnasio dos horas al día, seis días a la semana.
Aunque el puesto de entrenador personal de Madonna es una posición muy cotizada, por la publicidad que proporciona y las puertas que abre, también exige una devoción absoluta, y no todos los que lo han ocupado han sido capaces de aguantar el ritmo que marca la famosa cantante de 58 años. La gurú del fitness y autora Tracy Anderson trabajó para la Reina del Pop entre 2006 y 2009, ayudándola a recuperar el control de su cuerpo tras dos cesáreas, tres operaciones de hernia y un accidente de equitación que la dejó con diez huesos rotos.
Sin embargo, eventualmente Tracey acabó presentando su renuncia -tras lo cual protagonizó varios cruces de indirectas con su antigua jefa- al no ser capaz de proporcionar a Madonna el tipo de servicio que ella requería, y que aparentemente pasaba por estar a su disposición las 24 horas.
"Madonna puede pedir lo que se le antoje, ¡para eso es Madonna! Así son las cosas. Para mí no funcionó porque mis prioridades son distintas, yo tengo un hijo. Cuando me perdí uno de sus conciertos de saxofón por culpa de una sesión de entrenamiento, supe que no podía seguir adelante. Esa fue la gota que colmó el vaso para mí", reconoce Tracy en una entrevista al periódico The Times.
Incluso para una profesional del gimnasio, la dedicación de Madonna a su cuerpo resulta impresionante y digna de admiración.
"Entrenábamos dos horas al día, seis días a la semana. Hacíamos 45 minutos de ejercicio aeróbico bailando, después tonificábamos los músculos y tras eso flexibilidad y definición. Nunca corríamos ni utilizábamos pesas de más de un kilo porque Madonna no quiere desarrollar demasiado músculo. Su cuerpo es perfecto: nada de grasas ni celulitis, está muy tonificada y sus brazos son increíbles", admite en la misma conversación.
Pese a que lo suyo con Madonna no funcionó, Tracy ha continuado manteniendo una clientela famosa, entre quienes destaca Gwyneth Paltrow, a la que ha conseguido convertir en una adicta confesa del deporte y ha publicado incluso un libro.